La ilusión de la noche de Reyes
La ilusión de la noche de reyes, no importa los años que pasen, es una noche mágica en la que esperamos a sus majestades, acostados en la cama, durmiendo a la fuerza para no despertar y convertirlos en purpurina.
Desde pequeñita en casa, como todos, les dejábamos tres copas de cava, tres trocitos de turrón de chocolate y tres monedas de veinte duros. Era una gran satisfacción la que sentía al ver que se lo habían bebido y comido todo, ¡era tan feliz recogiendo esas miguitas de turrón por la mañana!
A los camellos les dejábamos un cubo de agua y unas mandarinas, se quedaban abajo esperando pero los Reyes Magos, al terminar les bajaban su comida.
Recuerdo abrir un ojo y salir corriendo de la cama hacia el árbol de navidad, con ganas pero con miedo, nunca sabía si los pillaría con las manos en la masa, gracias que no pasó jamás, dicen que si los ves…desaparecen y eso, es lo último que deseaba, que desaparecieran ellos y los regalos.
La verdad, siempre eran muy generosos, me traían lo que pedía y algo más de sorpresa. Es cierto que mi carta era muy corta y solo pedía lo que realmente deseaba, por eso, siempre llegaba. Ahora, de mayor me gusta hacerlo de la misma manera, quiero poco pero lo poco que quiero, lo quiero de verdad.
Siempre quedará grabado en mis retinas aquel árbol mágico en aquella salita mágica de aquella casa mágica, con su paje y Reyes mágicos.
Y es que la magia de la navidad y de sus majestades nunca desaparece. Puede ser que algunos años estemos menos ilusionados o se nos olvide escribir y mandar la carta pero siempre, siempre, siempre hay una parte de nuestro corazón reservada para ellos tres.
Quiero compartir con todos vosotros la ilusión de esta noche de Reyes, que vuestros deseos se hagan realidad y la salud y el amor os acompañe siempre.
Feliz noche de Reyes.
Nieves.
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