Marzo, mes de la endometriosis
Marzo, mes de la endometriosis. Me resulta extraño hablar de mi vida personal pero este año no quiero dejar pasar la oportunidad.
Me siento responsable de alzar la voz, de contar a mucha gente que aún no sabe nada acerca de esta enfermedad que nos atañe a 1 de cada 10 mujeres en el mundo, mujeres que como yo, en su día normalizamos el dolor de regla y otros muchos síntomas y problemas que se van sumando al carro.
Quiero contaros cómo me he sentido todos estos años conviviendo con ella, en momentos fue una pesadilla y en otros aprendizaje.
Fue un shock cuando empecé a buscar embarazo y tardaba. En principio yo era una chica sana, que hacía deporte y se cuidaba, no entendía por qué me estaba costando tanto quedarme embaraza, además y muy importante, sufría desde años unas digestiones muy pesadas y unos dolores pélvicos muy fuertes, hasta el punto de dejar de hacer planes en días puntuales de cada mes, cancelar de un día para otros quedadas con amigas o dejar de vestirme como de costumbre. Hasta perdí un trabajo por no poder empezar la formación. Hasta ese punto me limitó la enfermedad, sí.
Una tarde en urgencias con una doctora muy joven, me enteré que tenía endometriosis, una enfermedad difícil de diagnosticar con la que convivía ya muchos años sin saberlo.
Esta noticia me paralizó, me asustó pero en el fondo me alegré de ponerle nombre a lo que estaba pasando.
Han sido 5 años complicados, con pérdidas, con dolor, cirugías, tratamientos y mucho foco pero, si echo la vista atrás puedo decir que además de ser una pesadilla ha sido una gran lección de vida. Jamás pensé que era capaz de sacar tanta fortaleza y paciencia o que tenía tanta gente bonita a mi lado y un compañero de vida tan maravilloso.
Ahora lo cuento y lo puedo escribir sin llorar pero han sido unos años muy duros para mi y para quien lo vivió en primera línea, mi marido, la persona que ha endulzado mis momentos más amargos, me ha sostenido en todo momento y con el que gracias a la vida, hemos sido papás.
Gracias a la vida y a mucha gente que nos hemos cruzado en el camino, empezando por la asociación de endometriosis de valencia, (@aendovalencia) que me ayudó a ponerle nombre a lo que estaba ocurriendo y me hizo reencontrarme con una persona muy importante, Marta.
Gracias a la que ha sido mi segunda casa durante algunos años, la clínica del equipo Juana Crespo (@equipojuanacrespo). Solo tengo palabras de agradecimiento para para mis doctoras, cirujano y mi querido amigo Vicente, que me abrió aquellas maravillosas puertas que harían nuestra ilusión realidad, nuestras dos bebés. A mi padre, por varios motivos y a mi madre por entenderme o esforzarse por hacerlo.
Me siento bien compartiendo porque sé que no es fácil este proceso para muchas mujeres y posiblemente ver que otras lo hemos pasado, ayude.
Me encantaría volver a escribir el año que viene en marzo, mes de la endometriosis, y poder decir que me sigo encontrando genial y que todo el esfuerzo ha merecido la pena.
Por el momento a cuidarme y a disfrutar de nuestros dos tesoros.
Un abrazo gigante y gracias por escuchar.
Vuestra entrenadora facial, Nieves.
- Published in General